Carlos Arredondo,
Edinburgh, May,2004
Núnca
pensé que en inglés y no en francés,
sería el destino de mi arrivo.
Como nunca intenté saber que Edimburgo
era divertido al alba de los nacimientos.
Si
nunca yo,
Preví,
Venir,
Aquí,
a vivir de soslayo entre callejones y puentes
Aunque un transeúnte bien me dijo:
"Mister, la ciudad vale más que una alegría".
Pero,
los destinos son ciertos
y suelen ser largos
y aunque corto sea el presente
veo que hay tiempo
para caminar.
Y
así,
entre callejones oscuros
y lluvias grises,
lo cósmico y lo mágico
me dan cita para un encuentro vital:
Edimburgo es amar
en una calle que va
del castillo a la mar.
Dispuse
imaginarme
un definitivo destino para mí
Enamorarme en el camino.
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