Encuentros
 


Carlos Arredondo
Edimburgo, May 2004

¿De dónde vendrán esos agudos y apurados pasos
que calan tán soberbiamente en mi?
¿De dónde vendrá? que verla contenta y erguida pretende ser,
impenetrable a mis sonrisas.
¿Es o no es una pequeña mujer imperturbable a mis deseos de verla,
que con sorna no pretende ni eso
saber que la veo?
Entreve que estoy allí,
Cerca, icástico,
como un idiota
apretujado entre sus orejas.
Hija!, Hija!, Hija! del alma
Paloma mia.
Me absorbo en mis formas
junto a mi trópico de dedos alegres
saltando y gritando
por una guitarra.
Son emociones confusas,
y nada más que confusas,
sensaciones
de un padre
embutido en una tormenta eléctrica
La toca, la conmueve y
en el hueco matemático que nos separa,
sin rechazos o sirenas callejeras,
interrumpe en mi honor
sus bellisimas y movidas canciones.
Yo estático
me animo
Hija!, Hija!, Hija! del alma
Paloma mia.
Y así,
cuando cae su último paso para el beso,
no evita mi sonrisa
abre sus tiernos labios y escucho : "Hola papá"
El desierto florece y se acaba la pobreza
El infierno se llena de ángeles y yo,
Por una vez soy y estoy
perfecto
amasado en su abrazo.
Mis ojos son alas y la cubren,
o del mal o de la lluvia,
y désde su latente corazón
me besa con cariño
para que yo duerma
sin insomnios
.

 

 
© Carlos Arredondo 2007