Yo no soy Escoces
 


Carlos Arredondo Ortiz
Edinburgo, Septiembre. 2005

Y es aquí en estas pocas palabras donde trato con mentiras o con verdades algo de mi espíritu por esta tierra

Yo no soy escocés.
Me hubiera gustado serlo. Para estar más cerca de mis hijos y mis amigos.
Para estar mas a tono con los que me dan la mano con alegría.
Para no olvidar tan fácilmente los que me ven como extranjero.
Para ayudar más efectivamente al que me solicita una sonrisa o simplemente un canto solidario.
Quisiera ser escocés para que el establecido orden social,
cultural, político, jurídico,
policial y laboral no me mire
a veces
con ciertas sospechas.

Yo no soy escocés. Todos lo saben. Sin embargo, tengo razones para hacerlo.

Primero, me suena linda la palabra Escocia en mi propio idioma. Tiendo a pensar en algo muy rico, algo bueno, dulce y femenino: un caramelo fino o un perfume pintado de azul.

Segundo, sufro la aparente timidez, como la de un escocés, que por ser cortés no acostumbra a declarar sus sentimientos.

Tercero, necesito como el aire los respiros, los suspiros y los lamentos de las gaitas.

Cuarto, porque me gustaría llamarme hamish, Ian, o Sean

Quinto, para recrear la vista de lo que me parece insólito: un chistoso a la Billy Connolly.

Sexto, Yo quiero ser escocés para mis amigos John y Annette

Séptimo, no aguanto si los ingleses nos ganan en el fútbol.

Por ultimo, para estar más a gusto entre los pintorescos paisajes escoceses.

 

 
© Carlos Arredondo 2007