Sin dejar nada al azar
 


John Gillies
Dec 2005

En la oscuridad primaveral, la linterna de papá encandila
las dalias. Moviéndose de flor en flor,
delicadamente él, recoge con sus gigantes pinzas los 'earwigs'
tomándolos con el pulgar y el índice
cuyas puntas manchada están con el líquido
de los machacados bichos. Él trabaja en silencio
retiene su respiración en caso de alertar al enemigo.
A los atijerados insectos, después de todo, les llaman 'earwig', - ¿Quién sabe
si son sordos de remate o hiperacusicos?- Cualquier cosa es posible.

 

 
© Carlos Arredondo 2007